En los pasillos subterraneos que unen a los distintos templos de Ascii
com el templo central del maestro Lagarto, cientos de creaturas malignas
que unos dias antes eran tiernos bebes al cuidado del templo kundalini
de calihuey, trataban de acabar con la vida de Veitch, Oztrando, Danna,
y la rareza cibernetica que ahora era la joven proxy llamada Gloya. Después
de que su piel fuera quemada por los poderes de fuego de Danna, los bebes
mostraron su verdadera naturaleza maligna/ ahora los cuatro guerreros kundalini
trataban de librarse de los múltiples tentáculos viscosos
que surgían de las creaturas, buscando aprisionarlos y terminar
con sus vidas. Veitch, el valiente lagarto, usando sus poderes kundalini
del elemento agua, cambió su cuerpo a estado líquido para
evitar el ataque de los tentáculos, mientras que los demas luchaban
por liberarse de los bebés. - ¡Tenemos que hacer algo o será
nuestro fín!. Gritó Veitch. Danna se concentró,
y enormes llamaradas emanaron de su cuerpo, envolviéndola completamente,
como una antorcha humana. El fuego ya no los daña, y estoy muy
débil para hacer un ataque pránico. Contestó Danna.
- ¡Alguien tiene que ayudar a Gloya, está completamente cubierta
con estos bebés, y no logra liberarse!. Agregó Oztrando.
Veitch reaccionó rápidamente y lanzó un potente chorro
de agua hacia los bebés que sometían a Gloya. Gracias Veitch.
Pronunció la voz metálica de Gloya pero creo que Oztrando
es el único que nos puede sacar de esta. Nuevamente el enorme
cuerpo de Gloya fué cubierto por tentáculos y pequeñas
figuras. - ¡Oztrando! gritó Gloya, mientras una fuerte corriente
de aire arrojaba a sus atacantes y rompía tentáculos con
sus manos, sólo para observar como se regeneraban y multiplicaban.
No puedo hacer lo que me pides Gloya. Dijo Oztrando. Danna disparaba
poderosas bolas de fuego, pero no surtían ningun efecto. El pasillo
se cubría en llamas, y los bebés no detenian su ataque.
Oztrando, no podemos seguir así por mucho tiempo, y la nave no tarda
en partir. Lo siento Danna pero
- No te preocupes amigo dijo Veitch
te entendemos. Ya veremos como salimos de esta. Pero aunque sus palabras
decían una cosa, el rostro agotado de Veitch exclamaba todo lo contrario.
Era cuestión de minutos para que el nivel energético de los
cuatro llegara al mínimo y cayeran ante el deseo de sangre y muerte
de los bebés. ¿Realmente valía la pena condenar a
sus amigos por honrrar un juramento, por honrrar las vidas que cayeron
ante sus instintos asesinos?. Los gnomulones inorgánicos es una
raza negativa por naturaleza, que disfruta llevando miseria a todas las
galaxias a las que llegan. Oztrando no era diferente a ellos, asesinó
y destruyó a sangre fría, usando el ataque característico
de los gnomulones del mal, los rayos petrificadores. Fué durante
la masacre en el planeta Qundar, que el escuadron de Oztrando fué
sorprendido y derrotado. A Oztrando lo capturaron cuando jugaba con unos
infantes y su madre, después de haber petrificado al padre. El gnomulón
esperaba la pena de muerte por sus crímenes, pero el Gran Espíritu
lo había señalado, y poco tiempo después en la prisión,
conoció las enseñanzas kundalini, por parte de miembros del
templo de Calihuey. Al pasar de los años, él y otros miembros
del que fuera su escuadrón, descubrieron el camino del bien. Conocieron
a el maestro Lagarto, y este les dió posada en su templo, donde
Oztrando inició su entrenamiento kundalini. Pero el peculiar grupo
de gnomulones inorgánicos sabían que su naturaleza negativa
estaría siempre presente, y que esa sería la principal batalla
que como guerreros tendrían que pelear. No podían deshacer
el daño que habían hecho, ni recuperar la sangre que habían
derramado, pero hicieron un pacto que fortalecería su lucha contra
el mal que llevaban dentro, juraron nunca mas usar sus rayos petrificadores
contra ningún ser, renunciando asi a aquello que servía como
símbolo del poder destructivo de los gnomulones inorgánicos.
Ahora se veía tentado a romper ese juramento, a olvidar el mal que
había desatado con aquellos rayos, para acabar con la existencia
de unos bebés corrompidos por un ente negativo. Tenía miedo
de volver a sentir el poder y la fuerza que otorgaban esos rayos, de recordar
los placeres que el mal le hizo sentir algún día. De recordar
lo que es ser un verdadero gnomulón inorgánico.
Todo sucedió muy rápido, Danna, Veitch y Gloya, rompían
fácilmente los restos petrificados de sus atacantes. No hubo regeneración
alguna, todo indicio de vida en ellos se había esfumado. - ¡Tontos!.
Dijo el feto, mientras reaparecia de los escombros. -¿Creen que
me han vencido?. ¡Ahora conocerán mi verdadero poder!. Grandes
concentraciones de energía negativa comensaron a fluir por el cuerpo
flotante del feto. Oztrando, aún extasiado por la sensación
de sentir la energía petrificadora por sus venas, disparó
varias descargas hacia el feto, pero este las evadió con gran habilidad.
- ¿Crees que soy igual de facil de acabar que los otros?. El feto
lanzó energía negativa a los cuatro kundalini haciendo que
se desplomaran, luego se dirigió hacia Gloya. - ¿Qué
te parece grandulón?. Pronto vas a morir. Bueno, realmente no se
si a un adversario se le pueda llamar vivo. Pero tu no eres un adversario
comun, ¿verdad?. Se me hace que te dejaré vivir un poco mas,
para jugar un rato y llegar a conocerte mejor. El feto se hechó
a reir, lo cual aprovecho Oztrando para lanzar una última descarga,
pero fué en vano, el feto logró evitar el rayo petrificador.
No te entiendo gnomulón dijo el feto. Puedo sentir el mal
dentro
de tí, pero te resistes a él. Tanto poder negativo, me parece
increible que lo desperdicies estando con estos perdedores. No cabe duda
que los kundalini van de mal en peor, un adversario, un gnomulón
inorgánico, junto a una patética humana y a una lagartija.
¿Qué tan abajo de la escala evolutiva tienes que estar para
ser una lagartija?. Bueno, ya perdí mucho tiempo, prepárense
a morir. El feto lanzó rayos de energía negativa hacia
los cuatro, y ninguno de ellos tenía fuerzas suficientes para contraatacar.
Oztrando sentía como la energía del feto invadía su
cuerpo rocoso y se dió cuenta de que él no moriria, pero
el resultado tal vez sería peor, una vez mas, el mal buscaba el
dominio de su ser.
Un fuerte temblor se sintió al mismo tiempo que se escuchó
una potente explosión, derrumbando parte del techo, creando una
cortina de humo y polvo, que al disiparse reveló el origen de tal
alboroto. Un adversario, dañado en la batalla que se libraba en
la superficie, se había impactado, atravezando varios niveles de
el sistema de pasillos subterraneos, finalmente su caida se detuvo al impactarse
contra el piso de ese pasillo, destruyendo parte de este, y creando un
boquete que daba acceso al nivel inferior. El feto sintió un extraño
malestar general, que le hizo detener su ataque. No entendía lo
que le sucedía, poco a poco fué disminuyendo su altura, hasta
que ya no pudo seguir flotando en el aire, y descansó su cuerpo
en el suelo. Gloya logró incorporarse y llamó a los demas.
- ¿Lo sienten?. ¡Es la energía vril!. Yse acercó
a los restos del adversario, lo observó detenidamente, y se vió
reflejada entre el montón de fierros y cables retorsidos. De ahora
en adelante, así es como la verían, como una bola de metal
y alambre; estaba atrapada en el cuerpo de aquello que aprendióa
temer desde la infancia, una guerrera de la luz prisionera en una herramienta
del mal. Dió varios puñetazos, haciendo mas grande el orificio
creado por la precipitación del adversario, sus compañeros
no tardaron en unírsele. - ¡Allá abajo está
el pasillo que lleva a los conductos de energía vril!. Dijo Gloya.
El Gran Espíritu esta con nosotros. Agregó Veitch. -
¿Qué hacemos con el feto? preguntó Danna. Gloya
dirijió su mirada hacia el pequeño cuerpo del feto sobre
el piso, para luego observar de nuevo lo que quedaba del adversario.
Dejémoslo ahí, es hora de partir. Y Gloya saltó
por el agujero, seguida de Danna y Veitch. Oztrando se mantuvo parado frente
a el boquete. Tenía miedo, temía que el mal nuevamente lo
dominara, y que la energía vril le cobrara su traición. -¡Oztrando!.
¿Qué esperas?. Gritó Danna. Una parte del gnomulón
había muerto en ese pasillo que se disponía a abandonar,
y no sabía que repercusiones tendría, pero la pelea aún
no terminaba, ese adversario que cayó de la superficie mostraba
señales de una terrible batalla, no había tiempo que perder,
y los conductos vril era el único lugar seguro por donde cuatro
kundalinis tan débiles como ellos, podrían llegar a salvo
al templo central y recargar su energía, aunque a él, tal
vez esto le cueste la vida, en caso de que la maldad se haya apoderado
nuevamente de él, pero nada mas había una manera de saberlo,
así que dió el salto y se reunió con sus compañeros.
Los cuatro guerreros reanudaron el camino hacia el templo del maestro Lagarto.
Oztrando se sentía mareado por la energía vril, pero seguía
vivo, eso le dió seguridad, y una sonrrisa se hizo presente en su
rostro. ¡Mueran malditos!. Los kundalini voltearon hacia atrás
rápidamente al escuchar el grito. El feto se dirigía hacia
ellos a gran velocidad. Veitch, ya algo recuperado, creo un campo de fuerza
sobre los cuatro, pero justo antes de llegar a ellos, el feto explotó
en mil pedazos, la energía vril había causado su efecto.
Nada se interponía entre el templo central del maestro Lagarto,
ellos, y la batalla que ahí se estaba efectuando.