El laberinto de los hombres tontos.
capitulo cuatro: La reina de la avaricia.
Pero entonces escuche una risa. Tan graciosa era esa risa que pense que se
trataba de otro niño. Pero no, era una muchacha, una hermosa muchacha. Tan hermosa
que al verla centada en aquel trono pense que era una princesa. Pero su atuendo
la delataba. ¡Era una bruja!. Supusé que cuando estas frente a una bruja, lo
mejor es que este contenta. ¿O no?.